Así como uno puede oír sin escuchar, es también posible ver sin observar. En ocasiones, aún observando se ve lo que el cerebro quiere que veas y aunque las cosas sean verdes, tu cerebro dice que son rojas. No sé si le pase a todos, pero ciertamente me ha ocurrido y de allí el nombre de ciego daltónico. Porque a veces uno no es consciente de que suceda. A veces se necesita ayuda para salir del error y una mente abierta para aceptarla.